Importancia de los cuentos de hadas en la infancia

“Existe una gran diferencia entre un niño que ha crecido con cuentos de hadas y otro que no. La presencia de su naturaleza, que nos invita a perseguir nuestros sueños, solo se hace evidente más tarde. Si no han estado presentes, esta carencia aparecerá después en forma de desánimo y aburrimiento.

De hecho, incluso se puede ver físicamente: los cuentos de hadas ayudan a combatir enfermedades.

Lo que absorbemos poco a poco a través de estas historias emerge consecuentemente como una alegría por vivir, por el significado de la vida, que se traduce en la capacidad de hacer frente a la misma, incluso en la vejez.

Los niños deben experimentar el inherente poder de los cuentos de hadas cuando aún son jóvenes, cuando aún pueden”.

Rudolf Steiner.

 

Por Claudia Quiroz Bastidas 

La Cenicienta, Rapunzel, La bella durmiente, Juan sin miedo, La reina de las nieves… Todos guardamos en la memoria alguna historia oída en nuestra infancia con hadas de por medio. Los cuentos de hadas son un subgénero de la literatura infantil con un alto valor pedagógico, pues ayudan a los pequeños a diferenciar entre el bien y el mal, a comportarse adecuadamente ante determinadas situaciones, a valorar la felicidad y, en definitiva, a desarrollar su fantasía y creatividad. No obstante, los primeros cuentos de hadas estuvieron destinados al público adulto y no fue hasta el siglo XVIII en adelante que empezaron a asociarse con la literatura para niños.

En los cuentos de hadas infantiles solemos encontrar príncipes, princesas, brujas, reyes, magos, animales fantásticos que hablan y actúan como humanos, troles, gigantes, duendes… entre otras numerosas criaturas fabulosas. La acción se presenta en un lugar y tiempo indeterminados, un mundo irreal donde la magia tiene un lugar preeminente. Luego, ha de haber un héroe o heroína y, por supuesto, un antagonista de lo más malvado, que pone en dificultades a los protagonistas. A veces hay una historia de amor de fondo, momentos de suspenso y terror, y siempre acaban bien.

 

Los autores de los cuentos de hadas han llenado de aventuras y sueños la imaginación de incontables generaciones de niños:

• Fábulas de Esopo, Las mil y una noches, Los cuentos de Canterbury, de Geoffrey Chaucer.

• El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare.

• La reina de las hadas, de Edmund Spenser.

• Los franceses Jean de la Fontaine y Charles Perrault (siglo XVII).

• Los Hermanos Grimm (siglo XVIII).

• El danés Hans Christian Andersen.

• El escocés George McDonald (siglo XIX).

Los cuentos son una parte muy importante del patrimonio cultural de todos los pueblos desde hace milenios. Su principal propósito, ya sean los de tradición oral como los escritos a posteriori, es el de transmitir y preservar la comunicación y el conocimiento de la humanidad.

Representan una alegoría del comportamiento humano, tanto con ejemplos negativos (maldad, egoísmo, codicia, etc.), como positivos, mostrando actitudes correctas. Además, los cuentos contienen arquetipos fácilmente reconocibles y su mensaje suele ser curativo. 

Son una herramienta maravillosa para que los niños aprendan y entiendan elementos y situaciones de la vida y para que desarrollen la imaginación.

Los cuentos de hadas clásicos tienen un gran valor y aportan muchos beneficios para el desarrollo de los niños, pues integran la moral y el conocimiento humano, y en palabras de Dickens “posibilitan la transformación y el crecimiento interior del hombre”.

Los cuentos expresan en forma de imágenes verdades muy profundas, muy valiosas que se guardan en el interior del niño como semillas, de manera que cuando crezca le permitirán tener pensamientos mucho más maduros para afrontar su vida que aquellos otros que pueda adquirir del exterior por un camino más intelectual.

Algo que tienen en común los cuentos es que presentan un conflicto, una situación que implica internarse en el bosque oscuro (como, Hansel y Gretel), o incluso atravesar la muerte (como Blancanieves o la Bella Durmiente) pero que siempre es resuelta a través de un camino luminoso.

Cuando el bien vence por encima del mal, los niños siempre quedan visiblemente satisfechos y contentos, pues se identifican con la figura del héroe o de la heroína y se guardan inconscientemente esa imagen.

Es como si sembráramos en ellos una fuerza interior para afrontar las situaciones que vivirá en su propia vida, venciendo los miedos y dificultades.

Razones por las que debemos narrar a los niños los cuentos de hadas clásicos

  • Su vocabulario amplio y rico

Miremos el inicio del cuento de Blancanieves según la versión de Disney:

Érase una vez una joven y bella princesa llamada Blancanieves. Su pelo era tan oscuro como la noche, sus labios eran tan rojos como una rosa, y su piel era blanca como la nieve.

Leamos ahora la versión clásica de los Hermanos Grimm:

Era un crudo día de invierno, y los copos de nieve caían del cielo como blancas plumas. La Reina cosía junto a una ventana, cuyo marco era de ébano. Y como mientras cosía miraba caer los copos, con la aguja se pinchó un dedo, y tres gotas de sangre fueron a caer sobre la nieve. El rojo de la sangre destacaba bellamente sobre el fondo blanco, y ella pensó: ¡Ah, si pudiese tener una hija que fuese blanca como la nieve, roja como sangre y negra como el ébano de esta ventana!  No mucho tiempo después le nació una niña que era blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y de cabello negro como la madera de ébano; y por eso le pusieron por nombre Blancanieves.

¿Encuentran la diferencia? 

  • La imaginación

Como los cuentos de hadas se cuentan a los niños y las niñas, le estamos dando una oportunidad maravillosa de convertir las palabras escuchadas en imágenes internas, que ellos mismos crean y construyen.

Así el pequeño aprende a utilizar su propia imaginación, y no es Disney o cualquier otro ilustrador o dibujante que les proporciona una imagen estereotipada, que al fin y al cabo es la versión de un adulto, no la de un niño.

  • La fluidez

Contar estas historias es un placer, pues tienen un flujo natural que hace que sean muy fáciles y atractivas para narrar o leer en voz alta.

Y es que los cuentos clásicos, como dice Tracy Lynn, una periodista americana, “se han escrito de forma magistral por las manos del tiempo”. 

Algo importante, es mejor contarlos que leerlos, pues esto permite conectar mejor con los niños y con su vivencia. Además, es interesante narrarlos sin dramatizar, es decir, utilizando un tono sereno y tranquilo, pero sin inventar diferentes voces o sonidos. También es importante buscar un rincón especial en el hogar, encender una vela, cantar o recitar un verso y hacerlo siempre a la misma hora, esto ayuda a los niños a entrar en el ambiente mágico que irradia el cuento. También podemos finalizar con otro verso, una oración o una canción. 

  • La profundidad

Los cuentos de hadas conectan con la experiencia humana a un nivel profundo.

La pedagogía Waldorf, y otros muchos pedagogos, sostienen que los personajes de los cuentos reflejan de alguna manera elementos del interior de cada individuo, aspectos de nosotros mismos y de nuestros destinos.

Y es que todos tenemos un lobo de Caperucita en nuestro interior al que de alguna manera debemos vencer, o todos nos hemos sentido en la barriga de la ballena, como Pinocho alguna vez en la vida.

A modo de recomendación, dentro de nuestra pedagogía utilizamos todos los Cuentos de los hermanos Grimm, recopilados por la editorial Rudolf Steiner. 

 “Los cuentos y las leyendas son como un ángel bueno que se le asigna al hombre desde su nacimiento, para que lo acompañe en su peregrinar por este mundo y, siempre fiel compañero, transforme su vida gracias a su amistad, en un verdadero cuento poético que sature la intimidad de su alma”. Rudolf Steiner.

“Madre del cuento de hadas,

tómame de tu mano.

Navegando en tu barco

llévame en silencio.

Madre del cuento de hadas,

llévame a tu gran país”.

Selección de cuentos de hadas para distintas edades

Los cuentos de hadas son el alimento adecuado para el alma infantil, porque ellos muestran en imágenes, verdades de la existencia. Al mismo tiempo son obras de arte que han permanecido a través de los años prevaleciendo en todas las culturas. 

Para los niños más pequeños no es aconsejable narrar demasiados cuentos diferentes, cuanto más pequeño es el niño, con mayor profundidad vive en las imágenes del cuento. Para los más pequeños debemos escoger cuentos más simples y cortos. 

Para niños hasta los 3 años 

  •       El niño que quería ser llevado a todos lados.
  •       La zanahoria
  •       Las bodas del tío Perico
  •       Maschenka y el oso
  •       Los tres cabritillos 
  •       La casita
  •       Los tres osos
  •       La gallinita roja y el grano de trigo
  •       El gatito Tripi-Trapo 
  •       El piojito y la pulguita 
  •       El muñeco de jengibre

Niños de cuatro y seis años

Para los niños de estas edades es importante que tengan un desenlace feliz, dada la gran identificación con el cuento. Los menos apropiado son cuentos como “El gato con botas”, en el qué con tretas y argucias, apela con vehemencia al pensamiento. Para esas edades, las imágenes de los cuentos deben ser grandes en su sencillez, tan verídicas en su mensaje, que sea una llamada a las regiones profundas del alma, regiones en las que tiene su origen la voluntad.

Algunos cuentos recomendados pueden ser:

  • El rey-rana
  • El lobo y los siete cabritos
  • Los tres enanos del bosque
  • Los músicos de Bremen
  • El zapatero y los duendecillos 
  • Juanito y Margarita
  • La reina de las abejas
  • Las tres plumas
  • La cenicienta
  • Los siete cuervos
  • Blancanieves
  • Madre Nieve 
  • Caperucita Roja
  • La oca de oro 
  • La casa del bosque 
  • Blancanieve y Rojaflor
  • La bella durmiente 
  • El borriquillo 
  • Rumpelstiltskin 

 

Si desean profundizar en este tema o prestar los cuentos recomendados los invitamos a visitar nuestra biblioteca. 

“Si quieres que tus hijos sean inteligentes,

léeles cuentos de hadas.

Si quieres que sean más inteligentes,

léeles más cuentos de hadas”.

 

Albert Einstein

Fuentes

  • Cuentos de Hadas: cuentos infantiles para los niños del Jardín de Infancia. Baena, Carmenza, Morales, Lady. (Comp.) Santiago de Cali, Colegio Luis Horacio Gómez, 2004.187 p.
  • Cuentos para chiquitines: cuentos del mundo recopilados por Heide Bieler para niños del Jardín de Infantes. Buenos Aires: Antroposófica, 2009. 180 p.
  • Cuentos infantiles para los niños de Jardín de Infancia. Madrid: Rudolf Steiner, 1998. 141 p.