La Fiesta de Pentecostés
La Fiesta de la Paloma

«Y al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. Y se produjo, de súbito, desde el cielo, un estruendo, como de viento que soplaba vehemente, y llenó toda la casa donde se hallaban sentados.
Y vieron aparecer… Lenguas como de fuego, que repartiéndose, se posaban sobre cada uno de ellos.
Y se llenaron todos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes, según el Espíritu Santo les movía a expresarse».
Hechos de los Apóstoles, 2
En la Pedagogía Waldorf la vivencia del ritmo está muy presente de forma diaria, semanal, mensual y anual. Esto crea en el niño seguridad y confianza tanto en el entorno que le rodea como en el mundo, la creación de un ritmo sano permite al niño poder desarrollarse más saludablemente. Todas las celebraciones nos hacen conectarnos con nosotros mismos, transitándolas a través de los valores que se viven en cada fiesta. Los niños necesitan conectar con el entorno y a la misma vez con ellos mismos. Todo lo que sucede en el exterior el niño puede sentirlo también en su interior. En la pedagogía Waldorf todo se acompaña de la misma manera, cada momento cósmico lo vivimos desde el recogimiento a la expansión y viceversa.
Vamos llegando al tiempo de Pentecostés. La palabra proviene del griego y significa quincuagésimo, haciendo referencia a este período que sigue a la Pascua, es decir, 50 días después de la resurrección de Cristo, cuando por medio de las escrituras, los apóstoles recibieron la llama del Divino Espíritu Santo, despertando en ellos el don de la palabra. A partir de entonces, pudieron difundir mensajes de amor por todo el mundo.
Los huevos que pintaron los niños en la fiesta de Pascua se van convirtiendo en palomitas blancas, en el aula se va surge la magia y todo el ambiente y actividades están relacionadas con la fiesta que se vivencia a través de los versos, las canciones, las rondas y el cuento.
Pentecostés es el despertar de la conciencia espiritual
No se puede hablar de Pentecostés sin tener en cuenta el acontecimiento de la Ascensión de Cristo a los cielos, cuarenta días después de la Resurrección, esto ocurre estando los discípulos reunidos, ahora ya no lo pueden percibir con su conciencia humana, y esto los lleva a una vivencia profunda de pérdida y soledad, pero esta vez más profunda que cuando murió. El día 50 después de la Resurrección estando los discípulos reunidos “se produjo un ruido que invadió toda la casa en que residían, aparecieron como divididas lenguas de fuego que se posaron en cada uno quedando llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar diferentes lenguas”.
Después de Pentecostés se crea una conciencia diferente para los seres humanos, el desarrollo del hombre es posible ya que el Cristo vive en él. La Fiesta de Pentecostés es la celebración de la individualidad en lo social. El espíritu de Pentecostés es la búsqueda de la sanación y la veracidad. La imagen de esta época es la paloma como símbolo de conexión con el mundo espiritual, representa la paz y en la fiesta se celebra el sentimiento de comunidad.
En la Escuela Waldorf, Pentecostés es un momento en el que podemos trabajar en ese sentido de comunidad con los niños y jóvenes, construyendo sobre sus habilidades individuales. Podemos distinguir lo que cada uno hace bien, y proponer actividades en las que esto se ponga al servicio del conjunto, en el trabajo en equipo.
Cada uno, ofreciendo lo mejor que tiene, lega frutos a la comunidad para saborearlos juntos. Así, el lenguaje del corazón, el lugar donde habita Cristo en el individuo, puede ser hablado y entendido por cualquier participante del grupo completo. La imagen del Ser humano cual lenguas de fuego que se posan sobre nuestras cabezas individuales para fecundar los actos de amor hacia el otro.
La fiesta de Pentecostés la celebraremos el 25 de mayo, este día todos venimos vestidos de blanco al colegio.