Épocas de Celebración

Las Celebraciones en el Colegio Waldorf

En las escuelas Waldorf, gran parte de las experiencias a lo largo del año se centran en la celebración de las festividades cristianas. Estas festividades, consideradas como festividades de la humanidad, ofrecen la oportunidad de enriquecer nuestra relación con el alma humana y fortalecer nuestro ser interior en armonía con la naturaleza que nos rodea. El ciclo de estas festividades incluye el adviento, la navidad, la pascua de resurrección, pentecostés, San Juan y Micael, y cada una de ellas representa una respiración cósmica en la cual nuestras almas se disponen, en diferentes épocas, ante los acontecimientos de manera única. Cada festividad se relaciona con una cualidad o valor espiritual del alma.

Al igual que la escuela misma es un organismo vivo, en cada una de estas festividades se experimenta un momento cósmico de acompañamiento por parte de las Jerarquías Espirituales, así como un momento de respiración de la Tierra, ya sea de concentración o de expansión. Sin embargo, en nuestro territorio, el invierno, el verano y el otoño no son tan marcados como en aquellos países donde se pueden observar las cuatro estaciones distintas.

Durante la temporada de siembra, ayudamos al ser interior del niño a experimentar un estado de recogimiento y un sueño profundo, logrado a través de las actividades rítmicas diarias y semanales. Es el mismo estado que la naturaleza comienza a vivir en invierno, cuando el corazón de la Tierra se enciende para recibir numerosas semillas envueltas en su seno oscuro. En lo más profundo, se siente esa sensación de muerte y descanso. Estas semillas rompen el surco y brotan con pequeños tallos que se alargan en busca de la luz del sol. Con la llegada de la primavera, se anuncia el florecimiento, la transformación y una nueva vida.

En el jardín infantil, estas celebraciones se interiorizan a través de imágenes que llegan a los niños mediante cuentos relacionados con cada temporada, así como en rondas, canciones, versos y actividades que se repiten día tras día. Además, nosotros, como adultos cercanos al niño, les brindamos un ejemplo a través de nuestro propio trabajo interior.